No todo es lo que parece, y a veces deberíamos ser atrevidos para innovar. Nos encontramos en un punto de inflexión, y Elise by Olsen, jefa de redacción y comisaria de 18 años, tiene ideas sobre cómo podemos activamente crear el futuro. Hace unas semanas nos contó cómo está intentando cambiar el sistema actual y el sentido que da al mundo editorial, la moda, la educación, y a nosotros mismos – enfrascados en la era digital post-Internet, todavía buscando experiencias vitales reales.
¿Qué tipo de lenguaje conecta con la generación Z?
Yo tenía 13 años cuando empecé a publicar. Muchos de los que trabajaban conmigo entonces tenían una edad similar, y éramos muy conscientes de nuestra responsabilidad. Hacíamos mucho casting en la calle, antes de que esto se convirtiera en algo común en el mundo de la moda. Queríamos versatilidad, incluir más de un solo tipo de persona. Cuando hacíamos algún retoque, añadíamos un aviso alrededor de la imagen, y hacíamos lo mismo con los anuncios. Necesitábamos la publicidad para sobrevivir, pero sentíamos que teníamos que especificar lo que era contenido de marca o comercial, y nos lo tomábamos muy literalmente. A los anunciantes les decíamos que sus anuncios destacarían, y a nuestros lectores les decíamos arrancadlos y tiradlos.
¿Las marcas y los medios se están quedando atrás?
Cuando empecé me daba la sensación de que no había revistas para jóvenes que retrataran la juventud de una forma correcta. Todas presentaban la misma historia: un enfoque muy Disney, solo hablando de famosos, de productos de belleza y temas de pubertad. La gente joven necesitaba una alternativa a este tipo de prensa de masas, y que se les tomara en serio.
¿Cómo pueden inventar el futuro las marcas?
Las marcas deberían utilizar su responsabilidad para crear talento joven y para permitir que ese talento haga lo que quiera. Entiendo que esto también es una estrategia para generar valor alrededor de la marca, pero no lo veo como un problema siempre y cuando se sea transparente. Para mi documental, pedí directamente dinero y Gucci aceptó porque yo a cambio les puedo aportar el tipo de público al que quieren llegar. Quisiera ver a más marcas siendo generosas con su dinero para apoyar a artistas, músicos, etc.
¿El mundo ha aprendido a escuchar a los jóvenes?
Mucho ha cambiado. Hemos pasado de tener a muy pocos jóvenes representados a que se realce y explote a la gente joven. Creo que es importante ser consciente de ello. Cuando una marca quiere colaborar con un artista, suelen ofrecer cheques vacíos, y lo que les venden es la visibilidad y la experiencia. En ese punto tienes que defender lo que vales o hacer la campaña de publicidad para conseguir financiación más adelante para tus propios proyectos. Es importante entender cómo tomar dinero del sistema y usarlo para algo que tú crees que es positivo. Porque el dinero ya está allí.
Hace poco estrené mi primer documental con Gucci. La película trata sobre mi resignación como redactora jefa de Recens, y el por qué lo hice. Es sobre ser consciente de tener una posición de poder, y un poco un “que os den” a toda la industria de la moda y la cultura de marca, esponsorizada por una marca. Es un enunciado irónico, y a veces me siento como un doble agente. Quiero ser crítica, pero creo que no puedo cambiar el sistema si no estoy dentro de él.
Tenías 13 años cuando entraste en la escena, y ahora se ha convertido en algo totalmente normal que los jóvenes de 16 años sean músicos, influencers, fotógrafos, etc. a los que se les toma en serio. ¿Se madura a una edad más temprana?
Es un cliché, pero creo firmemente en que hay que preservar a tu niño interior, y no preocuparse demasiado de las consecuencias. Eso es lo que hace que los jóvenes sean jóvenes: no tienen ese tipo de miedo y todavía les falta consciencia de sí mismos. Es difícil decir si maduramos antes. ¿Qué es la madurez de hecho? Creo que ahora la gente descubre las cosas antes por Internet. Yo tengo un sobrino de 4 años y hace más de un año que tiene un Ipad. Por eso la educación está un poco anticuada, porque los niños ya saben dónde conseguir la información. Internet creó una forma diferente de entender el mundo.
Eres autodidacta, sobre todo a través de utilizar Internet. ¿No se enteran las escuelas?
Creo que las escuelas tendrían que fundamentalmente enseñar a los niños a reflexionar y ser críticos con la información que recibimos. Es básicamente la razón por la que la salud mental se está convirtiendo ahora mismo en un problema tan grande, porque la gente se alimenta de tanta información que ya no saben cómo procesarla. Simplemente lo absorbemos todo: cómo se supone que tiene que ser nuestro look, lo que deberíamos sentir, qué comprar.
¿El sistema educativo ya no resulta suficiente?
Ya no se trata de ser o no suficiente. La educación se ha hecho irrelevante. Yo intenté ir a una escuela de medios durante un tiempo, pero no tenía ningún sentido. Los profesores nos intentaban enseñar sobre los medios sociales, mientras que nosotros ya los entendíamos y experimentábamos de una forma totalmente distinta. Me volví muy crítica.
¿Cómo intentas ser educativa entonces?
Este año empecé a dar más charlas y clases, pero no lo veo como enseñar. Se trata más bien de hablarles de mis experiencias, como una conversación en la que se hacen las preguntas adecuadas a los alumnos para hacerles reflexionar. Quiero que vean las cosas de forma clara y se sientan aceptados, porque están bajo mucha presión, económicamente y socialmente, especialmente en instituciones grandes como Saint Martin’s o Parson’s.
¿El Internet y los medios sociales han dado forma a un nuevo tipo de identidad?
Los medios sociales están teniendo un efecto sobre todas las personas, pero no creo que hayan cambiado nuestra identidad en sí. Más que nada nos han dado la posibilidad de crear la nuestra propia. Puedes ser quien quieras online, puedes vestir como quieras, decir lo que quieras. Yo soy de las afueras de Oslo, y a nadie le preocupaban las cosas que a mí me preocupaban. Sentí que el mejor día de mi vida fue cuando encontré una comunidad online tolerante donde pensaban como yo.
Pienso mucho en la mitología que creamos alrededor nuestro. Yo hago muchas cosas y puedo parecer extremadamente ocupada. Pero también desconecto mucho. Por eso todavía vivo con mis padres en Oslo, y por eso salgo mucho a la naturaleza a escalar. Es muy importante despejar la mente porque hay tantísima actividad. Y la gente se olvida de esto. Trabajan a un ritmo de locos y están estresados, cuando se necesita estar un rato en silencio y solitud. Si no, no puedes funcionar como persona creativa. Aburrirse es extremadamente importante. Deberíamos intentar no ir con prisas todo el tiempo.
Aunque acumulamos más conocimiento a una edad más temprana, los estudios muestran que los jóvenes están teniendo muchas experiencias más tarde, sobre todo han sido sustituidas por una versión digital. ¿Cómo podemos crear experiencias humanas en Internet y en los medios sociales?
No sé si es posible. Creo que deberíamos empezar construyendo puentes entre el universo físico y el digital. Deberíamos utilizar el formato digital para lo que está hecho: música, gráficos, vídeo, GIFs, sonido, básicamente todo lo que no se puede imprimir. El producto físico se tendría que utilizar para lo que se supone que tiene que ser utilizado: fotos impresas, lecturas largas, todo lo que aporte una experiencia materialista del contenido. Necesitamos experiencias.
Ahora todo va de experiencias, incluso en la industria de la moda; por ejemplo, Gucci transfiere su marca a un museo Gucci.
A mí no me interesan demasiado las marcas de moda. Me da la sensación de que hay mucho de lo mismo. La moda siempre vuelve a los pantalones de los 70 y a los logos deportivos de los 90, como si fuera un ciclo por el que continuamente pasamos. Creo que es hora de mirar hacia adelante y realmente crear algo nuevo. Es como que simplemente vamos repitiendo cosas, mientras que tenemos la tecnología para avanzar adelante y reciclar fuerzas creativas.
¿Qué significa este reciclar si no se basa en el pasado?
El reciclaje es algo con lo que todos nos podemos identificar de algún modo. Es una palabra positiva. Para mí, reciclar significa crear espacio para algo nuevo. Es tener una visión optimista del futuro e inventar este futuro. Tenemos que acoger el futuro a largo plazo, y empoderar a los jóvenes y a sus ideas frescas. Las nuevas generaciones tienen que aprender a transformar, mejorar y reciclar lo que ya existe. Somos el futuro. Creamos nuestro pasado cuando creamos nuestro futuro. Por tanto, deberíamos intentar activamente crear el futuro en lugar de verlo como un destino. Debería ser una herramienta para llegar a un lugar deseado.