El mundo ha dejado de funcionar como antes. Las campañas políticas siguen reglas completamente diferentes, lo offline se está fusionando con lo online, la democracia está siendo saboteada y parece que la verdad ya no importa. Todo bien, ¿no? En los últimos 30 años, Arjon Dunnewind ha estado dirigiendo un centro de arte de vanguardia en los Países Bajos donde los artistas exploran las relaciones entre tecnología y política, ficción y realidad. Hablamos con él de la post-verdad, del papel activista del arte y del valor de la ficción como herramienta para entender la realidad.
Empecemos con una fácil: nuestro mundo ha cambiado completamente y sigue girando fuera de control. Y probablemente será así durante mucho tiempo. ¿Cómo estamos reaccionando? ¿Cómo estos cambios tecnológicos radicales han cambiado nuestras mentes y nuestra sociedad?
Hay una falta de comprensión en torno a la tecnología y los medios de comunicación y los cambios que están ocurriendo. Y esta falta de comprensión crea tanto miedo como entusiasmo. Por un lado, la gente tiene miedo de algo cuando no ve ninguna oportunidad en ello. Por el otro, existe un nivel de ingenuidad o carencia de conciencia sobre cómo se puede abusar de la tecnología.
Pero reducir el campo a esta dicotomía no le hace justicia. Necesitamos una gran variedad de ideas para poder poner en escena esas ideas. Necesitamos que la gente debata, gente de los lados extremos de ambos campos.
En una época de desconfianza y desinformación, ¿cómo recuperar la atención de la gente? ¿Qué pasará con nuestra noción de realidad cuando lo digital y lo analógico se fusionen completamente? ¿Es ésta la forma de entretenerse e informarse del futuro?
El mundo online y el offline se están fusionando, y este proceso continuará. La realidad aumentada es un área nueva y muy interesante. Tal vez el Google Glass no sobrevivió porque era demasiado pronto, pero estoy convencido de que tecnologías similares serán muy comunes, quizás incluso más que la realidad virtual.
Para las próximas décadas visualizo la realidad virtual principalmente como entretenimiento, con fines educativos o instructivos, pero debido a que te aleja tanto de la realidad, su uso en la sociedad queda limitado.
Por otro lado, la realidad aumentada está mezclando y conectando lo virtual y lo físico. Y veo esto como un área mucho más interesante o un terreno en el que se esperan desarrollos mucho más radicales.
Ante el avance de la tecnología, existe cierta política a nivel global que parece estar buscando una marcha atrás, vendiendo a los electores la tranquilidad y las certezas de tiempos pasados.
Sí, en términos sociales, hay más personas que quieren volver al mundo tal y como lo conocían, a la ciudad o al país tal y como los conocían. Creo que lo que vemos con el ascenso de la derecha alternativa es simplemente que estos partidos están utilizando las herramientas tecnológicas de la manera correcta, antes que los demás.
A lo largo de la historia de la humanidad, conquistar un territorio y acceder a nuevos recursos ha sido el motor de la mayoría de los conflictos y de los cambios culturales. ¿Cómo ha cambiado esto con la revolución digital?
Evgeny Morozov, un crítico bielorruso de Internet, dijo: «Si los datos son el nuevo petróleo, entonces, ¿quién es el nuevo Irak?».
Así como los recursos naturales han sido la razón de los grandes cambios e intervenciones políticas, también veremos cosas similares en la batalla por los datos, la información y la manipulación.
Estamos viviendo en lo que se llama la era de la post-verdad. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Está esto relacionado con la masa de plataformas y servicios digitales que existen hoy en día?
Internet y las redes sociales son ahora fuentes de opinión personal y noticias polarizadas. Esto crea un entorno mediático muy contaminado en el que la información basada en hechos tiene que dar cabida a opiniones extremas, opiniones exageradas. ¿Cómo salir de esto sin perder la libertad? ¿Cómo mantener el poder y el potencial de Internet y, al mismo tiempo, asegurarse de que las consecuencias negativas de estas nuevas tecnologías estén reguladas de alguna manera? Los gobiernos necesitan ayudarnos y establecer reglas sobre cómo Facebook, Google y Twitter se encuentran regulados, pero también deben asegurarse de alguna manera de que sus plataformas permanezcan abiertas, democráticas y plurales.
¿Qué está impidiendo que esto suceda?
Hay una gran falta de comprensión del poder e influencia de las grandes empresas de tecnología y del potencial que tienen estas nuevas tecnologías. Y creo que se necesita más conciencia a nivel político para que nuestros gobiernos puedan representarnos y defender nuestros derechos como usuarios de esta tecnología.
El gran cambio que espero que ocurra pronto es que establezcamos las condiciones para las empresas de tecnología, y no al revés.
En nuestra era de grandes volúmenes de datos y súper ordenadores, ¿sigue teniendo sentido hablar de democracia en un entorno tan contaminado? ¿Estamos aún facultados para tomar nuestras propias decisiones o somos demasiado fáciles de influenciar?
¿Por qué no tendría sentido hablar de democracia?
Yo no usaría la palabra «contaminado». Pero, incluso si ese es el caso, debemos hacer esfuerzos para desinfectarlo, y cada uno de nosotros puede hacerlo. Creo que nuestros gobiernos también deberían ser parte de esto. Estamos entrando en un terreno peligroso si digo que el gobierno debería desempeñar un papel en la desinfección del entorno de los medios de comunicación, pero creo que debería crear una especie de marco dentro del cual pueda funcionar. Y siempre lo ha hecho. Hay cosas que son ilegales en el mundo físico, pero también en el mundo de la informática, es parte de la sociedad civil.
¿Tendremos que inventar o desarrollar alternativas a la democracia en nuestra era?
Hay movimientos en ascenso que proponen intentar establecer formas directas de democracia. Lo más directas posible. La tecnología ahora lo permite. Aun así, estoy muy en contra de una democracia directa. Valoro una democracia en la que damos un mandato a los especialistas que son capaces de tomar decisiones bien informadas en nuestro nombre. Creo que las democracias directas son muy vulnerables a las influencias de los medios de comunicación. Las noticias en el periódico podrían cambiar totalmente el proceso de votación en un día. Por eso prefiero las formas indirectas de democracia.
En un sistema democrático, la educación es la clave. Sin embargo, el sistema educativo está pasando claramente por alto el cambio de paradigma que estamos experimentando. ¿Cómo podemos construir una nueva forma de aprendizaje?
Lo último en tecnología debe incluirse en los programas educativos. No debemos tener miedo de tomar una posición y mostrar cómo se puede utilizar de manera positiva y creativa. Pero también se debe mostrar cómo puede ser adictiva, cómo puede ser perjudicial y cómo se puede usar de manera incorrecta. Por lo tanto, en lugar de tener miedo de estas nuevas tecnologías, como ciudadanos, educadores y políticos, deberíamos sumergirnos en el conocimiento tanto como sea posible y participar en el diálogo y los debates sobre cómo deberían aplicarse.
Internet parecía el lugar perfecto para una descentralización de la cultura, para que surgieran nuevas ideas y personas a escala mundial, superando a los países más poderosos y a los discursos hegemónicos. ¿Sigue siendo así?
Creo que fue cuando Internet se hizo popular, abierta y ampliamente accesible para la gente común. Al principio, había una gran cantidad de idealismo. La gente veía esta nueva plataforma como algo democrático, una plataforma que daría voz a todos.
Por supuesto, potencialmente, eso podría haber pasado. Aun así, nos encontramos ahora con un Internet colonizado por las grandes empresas y sus diversas plataformas. La voz individual es difícil de oír. El idealismo original incluía mucha ingenuidad sobre cómo funcionaría la World Wide Web.
¿Debemos alejarnos de este entorno hiperdominado y establecer nuevas plataformas dedicadas a la calidad? ¿Sería posible que la creación de nuevas plataformas, basadas en categorías, mejoraran la realidad burbujeante de filtros en la que vivimos?
Creo que debería haber más competencia. Es un valor muy importante de Internet, de los medios sociales y de las plataformas de medios en general que permite a las personas, a las minorías, a aquellos que de alguna manera se desvían de la norma o que tienen intereses de los que quieren hablar, conocerse entre sí y hablar con otras personas con los mismos intereses. Pero sí, aparte de tener un efecto de empoderamiento, ya existe esa burbuja de filtro cuando se habla con personas que se enfrentan a los mismos problemas, que tal vez tienen las mismas ideas, que piensan de la misma manera que tú. Es una pregunta difícil, pero sí, debería haber más plataformas.
¿Cuál es el papel de un artista en nuestra era tecnológica?
El valor está en hacer que la gente tome conciencia del mundo en el que vive y de cómo la tecnología no es algo aislado, desconectado de la política y la economía, o desconectado de la democracia. Hacer que la gente sea consciente de cómo se relaciona con otras personas, de cómo se trata de una red interconectada de fenómenos, y de cómo pueden desempeñar un papel en ello por sí mismos es de vital importancia para los artistas que trabajan con esos medios de comunicación.
No quiero descuidar el poder de la estética y de la belleza, ni cómo la belleza puede atraer a la gente. Creo que ese atractivo debe ser utilizado por los artistas para crear narrativas y hablarle a la imaginación de la gente. Por eso sólo me interesan los artistas que se comprometen con el mundo que viven.
El periodismo tradicional parece tomar las declaraciones políticas absurdas como un hecho, mientras que el arte activista y los políticos satíricos han demostrado una tolerancia extremadamente baja a la tontería. ¿Son la exageración y la provocación las herramientas para entender y proyectar nuestra realidad actual surrealista y polarizada?
Los artistas tratan la política con bromas, con apropiación y, a menudo, con tácticas de guerrilla. Intervenir y llegar a un público más amplio para mostrar cómo los medios de comunicación dominantes están haciendo un trabajo deficiente es una forma en la que el arte puede contribuir positivamente.
Hoy en día, el papel de un artista es mostrar ejemplos que le hablen a la imaginación, para generar de alguna manera una narrativa visual que apoye las declaraciones e ideas de las personas que tratan de crear conciencia del potencial y los peligros de los medios y la tecnología.