Con una comunidad en redes sociales de casi dieciséis millones de seguidores en las redes sociales, la plataforma de noticias online PlayGround es una voz colectiva muy poderosa en la escena de los Nuevos Medios. Su misión: crear conciencia y empoderar a los usuarios a través de narrativas contemporáneas e historias emocionales. En esta inspiradora y profunda conversación, su fundador, Isaac Marcet, además de interpretar el cambiante mundo de los medios de comunicación, la generación milenial y la política, vislumbra un desafío colectivo más ambicioso: modelar un Internet mejor y más justo.
- Periodismo en la era digital
- Periodismo de la emoción y contar historias
- De teléfonos móviles y otras revoluciones
- Una tecnología humana
- La burbuja de filtros
- Experiencias a medida y uso de datos
- Contenidos virales y difusión
- La historia de PlayGround
- Un modelo de negocios híbrido
- Publicidad Nativa y Activismo de Marca
- Cómo convertirse en el líder del mundo libre con las RRSS
- Construir un nuevo internet
¿Qué es un proyecto editorial hoy?
Un proyecto editorial es la gente; es la humanidad, que se ha vuelto comunicativa a un nivel exponencial. Todo el mundo se ha convertido en editor. Hay quien llega a más gente y quien a menos. Los grandes desafíos que nos tocan en el futuro pasan por cómo valorizar la calidad y la autenticidad de las noticias, cómo monetizar la información sin comprometerla y, finalmente, cómo activar esa información; es decir cómo crear historias accionables que le faciliten a la comunidad herramientas para firmar, donar, juntarse entre comunidades y desarrollar proyectos. Hacer que la información no quede solamente en ideas, sino que mueva también a la acción.
Nunca antes en la historia ha habido tanta información disponible como hoy. Resulta bastante irónico que, en una época de total accesibilidad, vivamos una decadencia del periodismo, provocada por noticias falsas, cebos de clics, contenidos vacíos. ¿Es posible volver a contar historias, crear narrativas atractivas que al mismo tiempo reflejen la complejidad de nuestra realidad?
Yo distingo cuatro tipos de información hoy en día. El primero, puramente sensacionalista, que se sirve de titulares engañosos para obtener visitas y monetizar así un contenido mediocre. El segundo tipo es la manipulativa, buscar influir en la psique de las comunidades a través de noticias falsas para que voten esto o lo otro. El tercer tipo es el periodismo clásico que no ha querido adaptarse al mundo digital. Por último, el cuarto y, para mí, más interesante es el que, empleando todos los soportes y formatos disponibles, busca crear historias de valor que lleguen al máximo número de personas posible. Nos dedicamos a contar historias y, como contadores de historias, si uno cree que lo que hace tiene un valor transformador, quiere llegar a todo el mundo. Tiene que dirigirse a ambos mundos a la vez, tradicional y digital, con la mejor calidad y las mejores intenciones. Cuando hablo del futuro de la comunicación, no me refiero a un único futuro, sino a una infinitud de futuros. La comunicación, hoy en día, no va de una estrategia, va de muchas a la vez y en todo momento. Es cuestión de ir jugando de forma flexible y entregar mensajes de calidad en la danza de la comunicación.
Aprovechando este cambio de paradigma, han nacido muchos medios que han creado un nuevo sistema de referencia. Hemos aprendido que cada nuevo cambio tecnológico trae consigo la aparición de nuevos actores informativos. Donde antes estaba el Times, ahora está el Huffington Post; donde el DailyStar, ahora BuzzFeed. ¿Ves un cambio definitivo en el escenario informativo o crees que las cabeceras tradicionales tienen todavía margen para la recuperación? ¿Deben los medios tradicionales aprender de las nuevas plataformas?
Toda acción tiene su reacción. Hoy hay más cabeceras que nunca ofreciendo contenido de investigación profundo y de largo aliento y en profundidad. La gente comprende que importan también la historia y el lenguaje. Historias largas, profundas, que promuevan el pensamiento de la sociedad y le den forma. Creo que es posible jugar ambas cartas. Grandes cabeceras con más de ciento cinquenta años, como New York Times o The Guardian, han sabido adaptarse bien al entorno digital. BuzzFeed, que viene del mundo de la viralidad, ha pasado a hacer un periodismo de una calidad excelente, desarrollando, por ejemplo, unos boletines informativos que son una maravilla tecnológica. Sería un paso en falso muy grave pensar que no pueden darse las dos cosas a la vez. El entorno digital permite no tener nada claro, permite estar continuamente iterando y experimentando. Más sobre nuevos medios
En el periodismo de hoy parece fundamental poder crear un vínculo emocional con los lectores. ¿Cómo crees que ha mudado el rol del contador de historias?
Hay un antiguo refrán africano que dice: aquel que cuenta las historias en el poblado es quien tiene el poder. Hoy día ya no es una persona quien las cuenta; todos tenemos ese poder. Por eso, medios como PlayGround necesitan ser un referente para otros storytellers, y asegurar que esa capacidad de contar historias, que ahora es de todos, sea lo más consciente, cercana, sostenible y humana posible. Más sobre la Narrativa Emocional
Según los informes, la gran mayoría de consumidores de noticias, y en especial el público joven, las consume en el móvil y a través de las redes sociales. ¿Cómo influye esto en los formatos y las narrativas de un proyecto editorial digital?
Según Cisco, en 2018 habrá más consumo de vídeo que de redes sociales o videojuegos. El vídeo es el ADN de Internet. Está claro que toda compañía que se concentre en vídeo y en consumo móvil será la compañía de masas del mañana, pero también es cierto que el texto es más útil y necesario que nunca. Como ha ocurrido siempre, nada desaparecerá por completo; habrá una convivenciaparalela. Algunos soportes inevitablemente morirán —la prensa escrita diaria seguramente desaparecerá—, pero el consumo de contenidos se mantendrá como siempre, sin ningún cambio. Simplemente tendremos que adaptarnos al consumo móvil. Que el día de mañana predomine la realidad virtual y, el siguiente, la ludificación… quién sabe. Personalmente creo que sería un grandísimo error endiosar lo móvil. Es lo que tenemos ahora, pero es transitorio. El día de mañana traerá nuevas formas de consumir información.
Se habla mucho de la sociedad de la imagen, pero ¿qué papel representará el texto escrito?
Desde hace muchos años, se viene denunciando esta cultura superficial de la imagen, que puede sustituir a la cultura del texto escrito. Sin embargo, los medios periodísticos están hoy viendo cómo incrementan sus suscripciones. Es una contrarrespuesta. La realidad es muy caprichosa, y mucho más profunda y compleja de lo que aparenta. El texto escrito, propulsado por aprendizaje automático e inteligencia artificial, será capaz de ofrecer en todo momento la información que uno quiera. Creo que el aprendizaje automático de máquinas y la inteligencia artificial van a desempeñar un papel fundamental, siempre y cuando sepamos combinarlos con las mejores ideas humanas. El gran debate no es ya tecnología sí o no, sino cómo utilizar la tecnología. En el mundo de la comunicación hemos superado ya esa etapa. El futuro, en mi opinión, pasa por la hibridación de las mejores tecnologías con las mentes humanas más sofisticadas. Porque, al final y al cabo, lo humano sigue siendo la mejor de las tecnologías.
La revolución digital comenzó con tecnologías que ajenas a nuestros cuerpos y calculadoras que reproducían solo de lejos nuestra lógica. Las formas, las interfaces, la interacción que hoy caracterizan a la tecnología, la van acercando cada día más a la naturaleza y al ser humano. Estamos creando seres, de alguna manera, mejores que nosotros.
Esos seres no dejan de ser, ahora mismo, una unión. Son una hibridación. La tecnología va a ser cada vez más parecida a lo humano, porque se va a adaptar a él. Ya no es ese recuadro negro de IBM que teníamos que encender. La tecnología la diseñamos nosotros, no es un ente aparte. Por eso es cada vez más humana, más sensual: será una especie de simbiosis, de relación, de danza.
Eli Parisier, fundador de Upworthy y autor de El filtro burbuja, alerta del enorme riesgo que suponen unos contenidos diseñados exclusivamente alrededor de los gustos del usuario. La teoría del Filtro Burbuja sugiere que las tecnologías adaptativas y los algoritmos pueden evitar que nos lleguen contenidos o ideas incómodas, desafiantes o contrarias a las nuestras. En algunos casos, esto puede resultar interesante, ya que así tenemos acceso a cosas que nos interesan. Sin embargo, a la hora de informarnos, por ejemplo, puede suponer un peligro. En resumen, ¿nos dan lo que queremos pero no lo que necesitamos? ¿Qué opinas?
En mi opinión, la tecnología es cíclica; hay ciclos más positivos y otros más negativos. Yo creo que Facebook y las redes sociales han generado un cambio real en la comunicación, hasta el punto de que ahora estamos sufriendo un momento oscuro en la comunicación. Lo que tenía que ser un mundo de apertura se ha convertido en un mundo de cerrazón, de burbujas. Como dice Pariser, estas burbujas retroalimentan ad infinitum posturas cada vez más férreas e inamovibles. Y lo peligroso es que estas posturas puedan sostenerse sobre mentiras. Hay gente que va a estar años, si no ha estado ya, anclada en una mentira, sin poder contrastarla ahí fuera. Eso es lo terrorífico. Antes eran unos pocos quienes que dictaban qué era información. Hoy la premisa es la apertura total. El resultado ha sido una cultura de nichos. No hay un solo referente, sino muchos a la vez. Puede haber grandes porciones de la sociedad que solo tienen referentes muy negativos y viven en un mundo delirante. Hace poco fueron descubiertas unas burbujas de filtro en comunidades de Estados Unidos que creían que el mundo es cuadrado. Esto lo están generando las redes sociales. Más sobre la Burbuja De Filtro
Es como la alegoría de la caverna de Platón. Tal vez hayan querido conocer la realidad profunda en algún momento y, sin embargo, el algoritmo sigue proyectando las sombras, lo que ellos quieren ver. Los algoritmos no deberían darnos solo lo que necesitamos, sino también lo que no nos gusta y nos desafía, nos pone en crisis.
La clave está en cómo dotar a las máquinas de ética y en cómo desarrollar nuevas aplicaciones que permitan derivar esa gran fuerza comunicativa hacia un mundo cada vez más justo, transparente y veraz. Hay ideas interesantes, como la de Facebook, que deja en manos de terceros la verificación de noticias, de forma que cada una tenga una valoración de veracidad.
Los medios digitales tienen en sus manos una responsabilidad cada vez mayor.
La información genera comunidades de pensamiento, sentimiento y diálogo. Llegando a la plena conciencia, impacta en zonas profundas de la condición humana y condiciona transformaciones tal vez revolucionarias. La responsabilidad es enorme. PlayGround está plenamente concienciada con ese poder y esa responsabilidad. El compromiso está en la esencia misma de PlayGround y ahora estamos además desarrollando iniciativas en este sentido. “Play and do” —que lanzaremos en breve— busca construir un puente entre información y acción: colaboramos con los emprendedores sociales y los agentes del cambio más importantes del mundo para conectar noticias. Las conectamos con campañas de firmas, donaciones, creación de foros de debate, todo tipo de acciones que sean beneficiosas para la comunidad. Es importante que las noticias tengan un valor de vuelta de parte de los usuarios. No hace falta que sea dinero, puede ser otras cosas, pero es importante que exista.
¿Cómo hacéis en PlayGround para proporcionar a vuestro público lo que le interesa?
PlayGround utiliza la tecnología más exquisita que tiene este mundo: la pasión. Es cierto, evidentemente, que nos gusta analizar lo que la gente opina, nos gusta comprender los sentimientos y los movimientos sociales, pero partimos de la base de que queremos contar historias que merecen ser contadas.
¿Cómo pueden utilizarse los datos de forma ética y transparente para contar experiencias constructivas para el lector?
Para mí, la mejor forma ética de utilizar los datos es siendo transparentes con el uso que les damos y garantizar que las condiciones de uso no sean laberínticas, sino accesibles para el usuario. Muchas de las prácticas que se están utilizando hoy en día son fraudulentas y sin ánimo de comunicación real, sino más bien de lucro. Yo creo que sólo van a sobrevivir aquellas compañías que sean honestas y que demuestren, además, esa honestidad.
¿Por qué crees que PlayGround se ha convertido en referencia? ¿Cuál es vuestra misión?
Somos un equipo de contadores de historias con una visión del periodismo como servicio: contar historias para dar servicio a una comunidad y fortalecerla. Pretendemos llevar esa misión al siguiente nivel: PlayGround no quiere ser solamente un medio informativo, sino proporcionar a los miembros de la comunidad herramientas que permitan generar un cambio, tanto en sus vidas cotidianas como en sus entornos más cercanos. PlayGround está en la transición del storytelling al storydoing. Internet, hasta la fecha, ha consistido sencillamente en gustar y compartir. El motor de PlayGround es gusta-comparte-haz. Estamos obsesionados con cómo transformar la información en algo tangible y no solo especulativo. El ecosistema informativo es hoy infinito, abrumador, contradictorio. La forma humilde que tiene PlayGround de pinchar esta burbuja es hacer que la información sea cada vez más sencilla, más tangible y potenciadora de acción.
PlayGround comenzó siendo un medio musical y ha ido abriendo su abanico de temas, hasta incluir noticias. BuzzFeed, con el mismo punto de llegada, siguió un recorrido diferente: pasando de memes y concursos a incluir una verdadera redacción editorial con ciento cuarenta profesionales. Su director ejecutivo declaró: “Puede que la información no sea un negocio tan lucrativo como el entretenimiento, pero es la mejor forma de causar efecto en el mundo”. ¿Es la razón por la que PlayGround empezó a ofrecer noticias?
PlayGround empezó como un blog de música pero con la intención secreta de ser una referencia musical y generacional en español. Entonces surgieron la Primavera Árabe, el 15-M, Ocupa Wall Street. El mundo empezaba a arder, y hablar solamente de festivales y discos se nos quedaba muy corto. Abrimos las ventanas a esa gran fogata y, en ese momento, PlayGround creció. Buzzfeed forma parte, junto con Vice, Vox Media, Gawker y demás, de los maestros en el el mundo de los Nuevos Medios. Admiramos profundamente el modelo de BuzzFeed, aunque no compartimos su filosofía. A pesar de que su trabajo informativo ha sido excepcional, las noticias en BuzzFeed no son más que otra pata pivotando sobre el entretenimiento. En PlayGround, en cambio, las noticias son el eje central y es gracias a ellas que hemos construido una enorme y vibrante comunidad en todo el mundo. En estos tiempos de caos, división y crisis en todos los niveles, la misión de PlayGround es configurar, junto con su comunidad, una nueva conciencia
¿Cómo funciona el modelo de negocio de PlayGround? ¿Qué servicios ofrecéis a las marcas?
Tenemos un modelo de negocio híbrido. Por un lado, la publicidad tradicional digital; por otro, una agencia interna que trabaja con marcas. Co-producimos contenido con ellas, les ayudamos a generar nuevas formas de narración de historias, con las que acercarse, de forma poco intrusiva, a la gente joven y a sus valores. Traducimos el lenguaje de la marca a nuestra comunidad, y el lenguaje de nuestra comunidad a la marca. En síntesis, las conectamos.
Una de las grandes revoluciones del mundo digital proviene de las oportunidades que brindan la publicidad nativa y el contenido esponsorizado. El director editorial del Wall Street Journal, Gerard Baker, en un discurso en la facultad de Periodismo de la NYU habló de un pacto faustiano entre las noticias y la publicidad, y concluía que hay que resistir. ¿Crees que se ha desdibujado el límite entre publicidad e información?
Creo que el 95% de la publicidad nativa es mala para la comunidad. Si se hace, debe hacerse bien, respetando tanto al público como a la marca, creando un contenido que aporte algún valor. La publicidad nativa nació como entretenimiento puro y duro. Más tarde, compañías como The Guardian, New York Times o Vice la convirtieron en algo más informativo, mucho más serio. Acaba de empezar la tercera fase del proceso: en un mundo totalmente polarizado, tanto el consumidor como los empleados de las compañías piden que las marcas se posicionen. Las compañías se verán cada vez más forzadas a posicionarse, a dar un ejemplo al mundo. Por eso está naciendo una corriente muy fuerte, y muy interesante, que es el activismo de marca. Más sobre Activismo de Marca
¿Crees que con el Activismo de Marca ocurrirá lo mismo que con el activismo ambiental, que dio lugar a años y años de marketing vacío y engaño verde? ¿O crees que podrán encontrarse verdaderas formas de activismo aplicadas a marcas?
Las marcas han de contar historias. El modelo anterior pasaba por un marketing puramente especulativo. Las marcas se comunicaban mediante soportes impresos y televisión, intentando impactar en la psique del consumidor. Hoy en día se les pide algo más tangible. El mundo está ardiendo, y las marcas, igual que los gobiernos, tienen poder económico y social. Creo que con el activismo de marca, en general, va a pasar algo similar al lavado de cara ecológico. Habrá prácticas despreciables y mediocres, prácticas buenísimas y casos de éxito y ejemplo social a la altura de ONG.
Junto a la llegada de nuevos movimientos antisistema-establishment, la política ha encontrado una nueva posibilidad y una manera directa de acceder al gran público. El ejemplo de la campaña de Trump en EE. UU. es emblemático. Ha sido la primera campaña de la historia política y mundial ganada en los medios de comunicación social, a través del sofisticado uso de datos para generar titulares y noticias virales, hasta conseguir la elección del líder del mundo libre. Es revolucionario.
conseguir la elección del líder del mundo libre. Es revolucionario.
Ha sido una confluencia de muchos factores que, al final, han desembocado en un drama, en una tragedia americana. El primer factor es que el centro izquierda se ha olvidado durante décadas de la clase trabajadora, pensando que era mucho más cool defender a las minorías que a una mayoría pobre, cuando hay que defender a todos por igual. Estas comunidades se han sentido abandonados y, de ese abandono, ha crecido un movimiento muy potente, en un principio fundamentado en foros, como 4chan. La desigualdad económica en Estados Unidos es enorme, la clase media prácticamente se ha esfumado, y esto ha originado una legión de ciudadanos desencantados; un movimiento neo-reaccionario que, en contra de toda esa aceleración progresista, ha dicho “no”, hay que cerrar fronteras.
¿Cuál es la solución?
La solución es más compleja que cerrar fronteras, y la clase política global no parece capaz de dar una respuesta inteligente ante la situación actual.
¿Cuales son los factores que han generado ese movimiento? Las elecciones en EE UU. son su última y más potente manifestación, pero parece ser un movimiento a escala global.
Una clase media distinta, junto con una desigualdad económica enorme, mucha incertidumbre ante la revolución tecnológica, el cambio climático, los refugiados, la aniquilación de los valores culturales tradicionales, etc. En EE. UU., como en Europa, hay una emergente clase de políticos muy inteligentes, respaldados por grupos de presión muy ricos y por el mundo de la tecnología. Es casi una estrategia global. Trump es de los los mejores vendedores que ha tenido la historia de la humanidad. Es capaz de seducir a las masas con mensajes muy bien diseñados por sus estrategas, expertos en ingeniería de la información digital y hábiles a la hora de entender a las comunidades. Sus discursos no son caóticos, sino ricos en palabras clave que desactivan y activan ideas en los medios y en su público: detrás de Trump hay gente que mide muy bien lo que dice.
El Internet de hoy ha perdido mucha de la libertad y las características de sus orígenes. ¿Cuál crees que es el mayor desafío que enfrenta?
La utopía que era Internet se ha convertido en una pesadilla, en distopía. Sin embargo, podemos volver a rediseñarlo. El trabajo que hemos de hacer entre todos es rediseñar un entorno que no deja de ser una dimensión paralela a la realidad de átomos, una realidad de bits. Los bits son como el Lego: cualquiera puede construir lo que le dé la gana. No hay que dar por hecho lo prometido. No hay que dar por hecho Internet como algo estanco. Creo que hemos de hacer que sea consciente de sí mismo. Necesitamos empezar a ser creativos y construir un nuevo Internet.